¿Cuantos errores debes cometer para lograr un acierto? ¿Cuantas personas deben pasar por tu vida para saber que encontraste el indicado? Este no es un libro de amor cualquiera, es la historia de una persona que dejo ir lo que le convenía por lo que quería, sin saber que a veces eran malas elecciones... Nunca me detuve a pensarlo hasta hoy, ¿realmente las personas elegimos a nuestros compañeros de vida por amor? ¿Que es el amor? A los 15 años es difícil saber, pero puedo decir que considero que tuve muchos amores, unos buenos, otros malos, y momento donde la mala fui yo. Este es mi diario, mis recuerdos, de cómo un detalle puede cambiar tu vida completamente y te toca aprender a adaptarte... la vida es una encrucijada y no es hasta que tomas el camino incorrecto que te das cuenta que ahora se trata de resolver... Este es mi lista de errores y de amores, la historia de todas las veces que me ha tocado añorar lo que pudo ser y no fue, pero también la de como lo logré... Ya no tengo 15 años, ahora doble ese número pero quizás contarte sobre mi vida alocada, te pueda servir de guía... Empecemos con la primera persona que me atrajo, fue a mis 12 años, también fue mi primer beso y una perdida que lamentaría muchos años después, su nombre era Edwar
Para que puedan entender mi historia, debemos empezar por mi primer beso.
Cuando tenía doce años, mi familia y yo nos mudamos a una casa nueva, era una casa alquilada pero por primera vez viviríamos solos. Mi familia es pequeña, 2 hermanas mayores, mi padre, mi madre y yo.
Mi hermana mayor estaba recien casada cuando cambiamos de hogar, por lo que la nueva casa de 3 habitaciones quedaba perfecto para que todos tuviésemos privacidad.
El día que nos mudamos conocí a mis nuevas vecinas, una chica de mi edad y su hermana un poco menor; desde el dia 1 nos llevamos y bien y a partir de entonces solíamos sentarnos a jugar todas las tardes fuera de nuestras casas, además de ellas dos conocí a dos hermanos contemporáneos con nosotros que vivían a unas casas de distancia, éramos un grupo de niños bastante particular, solíamos imaginar y planificar lo que seríamos en el futuro. Yo siempre quise ser la chica que conocía el hombre ideal y vivía feliz por siempre, que ilusa era sobre el amor; mis amigas querían ser millonarias y mis amigos soñaban con ser deportistas profesionales, todo era tan simple.
Meses después de habernos mudado, mi hermana conoció a unos vecinos de su edad, empezaron a frecuentarse y eso me llevó a conocer otras personas... y sus familiares. La comunidad donde vivíamos era grande pero todos se conocían desde generaciones atrás, nosotras éramos las nuevas y por ende, despertabamos curiosidad.
Cerca a la víspera de la navidad fuimos invitadas a una reunión que acostumbraban hacer nuestros vecinos y ahí, en ese momento, es cuando empezó mi primer problema... Mi gran primero error se llamaba Edward.
Edwar tenía 14 años, era alto, de tez clara y ojos color café, atlético, y a su corta edad era un prospecto para el béisbol, siempre estaba acompañado de su mejor amigo Louis. Esa noche conocí a ambos, parecían ser buenas personas así que me sentí en confianza muy rápido. Seré breve con esta parte de la historia, porque sólo quiero que entiendan como algo tan significativo se vuelve insignificante por no elegir bien.
Con el pasar de los días empecé a verme más seguido con ellos, en la misma calle de mi casa, nuestro grupo pasó de ser 5 personas, a ser 7 y pasamos de ser niños soñadores a compartir con chicos "mayores" que sabían más de la vida que nosotros.
Una noche Edward me acompaño hasta mi casa, no estábamos lejos, solo a unas casas de distancia pero el tuvo ese gesto, al llegar mi papá estaba esperándome para cerrar, y al ser hija pequeña no le agrado verme mucho con una chico solo un poco mayor. Mi papá siempre fue un hombre honesto, cariñoso pero muy dominante, así que me pidió que mantuviese la distancia con Edward, que no le parecía una persona confiable.
Que gran detalle... ¿como no podía ser confiable una persona de 14 años? ¿Que daño podía causar?
El día de mi cumpleaños, mis padres organizaron una pequeña reunión, pude invitar a mis amigos, incluyendolo, todo marchaba de maravilla hasta que empezamos a quedarnos solos. Mis padres habían tomado lo suficiente como para acostarse a dormir y dejarnos sola, mi hermana estaba en la cocina con un grupo de invitados, nosotros nos sentamos en el jardín a charlar, cuando menos esperaba estábamos sentados muy cerca. Me dijo que yo le parecía bonita, que le gustaba y que le gustaría darme de regalo un beso.
Bueno, aquí el gran detalle, nunca había besado a nadie, tenía 12 años, el me atraía pero no sabía como manejarlo y a mi padre no le agradaba mucho.
No sabia que hacer ni que decir así que solo lo mire, y lo vi acercarse poco a poco hasta que me beso, no era lo que esperaba... es decir, si había imaginado mi primer beso, solo no imaginaba la saliva y su lengua en mi boca. ¿Fue desagradable? No lo sé. Supongo que no tenia con qué comparar. Lo que si puedo decir después de ese día, es que los besos se volvieron más frecuentes, más furtivos y yo dejé de ser una niña. El problema estaba en que yo creía que eso nos hacía novios, pero el era novio de otras más y ahí es donde viene la primera decepción.
¿Como se entiende que tu primer "amor" no estaba enamorado de ti, que tu primer beso solo fue para el, un trofeo por ser la nueva del lugar y que aunque tu te habías ilusionado, el no estaba en la misma sintonia?
Bueno, no lo entendía, así que cuando me enteré que yo solo era una de muchas, decidí preguntarle que sucedía, a lo que el me explicó que el amor no era lo que yo pensaba, que era normal sentir amor por varias personas al mismo tiempo y que podías cambiar de parecer de un día a otro. Debo confesar que me acostumbre a eso, y realmente creí que así debía ser, sin embargo yo no lograba sentir nada por nadie más que el y eso me llevó a ser su juguete, esto lo logro entender mucho tiempo después.
Al pasar 2 años, mis padres lograron comprar una casa fuera de la ciudad y nos mudamos, pensé que me sentiría mal por alejarme de el, pero no fue así. Había pasado de ser una niña que quería tener su primer amor, a una adolescente que se acostumbro a ser otra más del montón en la vida de la persona que le gustaba, y me volví tan fría que al irme, no sentí nada. Había cambiado.